La cultura invisible – Think global, act local.

A pesar del estrés que me está suponiendo este último año en la universidad y la presión que tengo porque en mi universidad alemana no se estila lo de hacer exámenes de recuperación en el mismo semestre y para recuperar una asignatura por lo general tengo que esperar al siguiente semestre (o incluso dos semestres en asignaturas que no se impartan todos los semestres) para recuperar la nota. Aún me quedan dos exámenes, una presentación y la tesis, pero de algún modo estoy ligeramente más aliviada.

Esta mañana he recibido la noticia de que este verano podré trabajar como orientadora para adolescentes latinoamericanos que vengan a Alemania a pasar un año de intercambio y estoy que me muero de alegría. Yay!

Una de las primeras cosas más importantes que necesito transmitirles es algo que con el tiempo y la experiencia nos puede parecer bastante básico, pero para gente sin experiencia profunda con otras culturas no es tan obvio.

Preguntémonos qué es la cultura. Sin querer entrar en un plano muy teórico, cultura es prácticamente todo. Desde la literatura y el arte de una región, hasta la hora de comer, pasando por el modo de hacer lo que hacemos y de hacer lo que hacemos. La cultura siempre incluye a más de una persona haciendo determinada cosa, de lo contrario es un hábito individual.

Si tomamos 3 minutos de nuestro tiempo a pensar profundamente en qué puede influir la cultura a la hora de iniciar una experiencia como pasar un año en el extranjero, tal vez lleguemos a la conclusión de que existen culturas diferentes, que no tienen por qué ser mejores o peores, simplemente son distintas. Vale la pena preguntarse si uno está dispuesto a integrarse en la cultura del país de acogida y cuales son los beneficios de ello y si puede haber algún tipo de desventaja en ello. Un ejemplo que me encanta poner en estos casos es la siguiente situación:

Eres de Alandia, y te encanta ser alandés. Tenéis costumbres muy bonitas y no te gustaría por nada del mundo perderlas, porque Alandia es de lo mejor del mundo y como en Alandia no se está en ningún sitio. De pronto tienes la oportunidad de viajar a Belandia por un tiempo determinado y te encanta la idea de poder conocer a belandeses, aprender el idioma y ver el paisaje. Cuando llegas a Belandia, ves que la gente a primera vista no parecen tan diferentes. Son un poco más altos, pálidos y rubios, pero a parte de eso… Con el tiempo empiezas a notar un par de diferencias a través de malentendidos: al saludaros se ha dado una situación rara/graciosa/incómoda, hay gestos que aparentemente no significan lo mismo para ti que para los belandeses, en ocasiones la gente te mira de manera rara cuando haces determinadas cosas… Y entiendes que aunque al principio no creyeses que existían muchas diferencias, sí que las hay. A pesar de que no querías perder las costumbres de Alandia, para no morir durante tu estancia en Belandia has tenido que acostumbrarte en dirección contraria antes de cruzar una calle, porque la gente en Belandia conduce por el sentido contrario. Sin embargo, sigues comiendo a las horas a las que comes en Alandia, aunque eso implique comer sola porque los belandeses comen más tarde. Crees que has aprendido muchas diferencias, y que algunas son visibles y otras invisibles, pero aún así siguen dándose situaciones conflictivas/raras. Por ejemplo, ahora que te has adaptado a cruzar la calle mirando en dirección contraria, siempre no venga un coche tu cruzas. Notas miradas de odio cuando haces esto, pero no identificas a qué vienen.
Con el tiempo descubres que las culturas tienen varios niveles y que son como un iceberg: con suerte vemos la punta, pero oculta bajo el agua está la parte más grande, la base.

El modelo iceberg de cultura (Edward T. Hall) muestra exactamente eso, que hay partes de la cultura que se pueden ver con facilidad: lengua, vestimenta, arte, etc. Pero a su vez hay otras tantas que son invisibles, más abstractas y que al no verlas, muchas veces no pensamos en que haya diferencias o que tan siquiera existan.

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Modelo iceberg de cultura 

Muchas veces ni nosotros mismos somos conscientes de algunas de las partes que están sumergidas en nuestra propia cultura, las tomamos como válidas pero no pensamos realmente en ellas. Y eso dificulta aún más darse cuenta de la existencia de ello en otras culturas.

Hay muchísimos libros de «qué no hacer en X país» o «cómo comportarse en Y país». Muchos de ellos están basados en los estándares culturales (Alexander Thomas) que son como generalidades o estereotipos de un grupo que ayudan a entender cómo funciona la mayoría de ese grupo por lo general. Algunos de los Kulturstandards de Alemania son la puntualidad, el respeto por las normas, la comunicación directa, el ir al grano también en el trabajo… Si comparamos los Kulturstandards de un país con los de otro podemos identificar algunas de las diferencias y minimizar los conflictos. Los estereotipos alemanes dicen un poco lo mismo que los Kulturstandards expresado a veces de manera un tanto peyorativa (cabezas cuadradas, etc.). Yo lo pienso ahora, y me hubiese venido muy bien haber sabido a tiempo el estilo de comunicación alemana: no todos, pero tienden a ser directos. Esto se traduce a que mientras que ellos piensan que en España somos poco educados por usar en comparación menos el uso de «usted» u otras cosas, yo pensaba que ellos eran maleducados por ser tan directos en situaciones en las que un español medio «mentiría» por cortesía. Descubrir que tendían a ser así, también ha llegado a cohibirme y a día de hoy no se me ocurre preguntar cosas cuya respuesta no quiero saber realmente, es decir, nada de «¿piensas que soy guapa?» o «¿estoy gorda?» porque igual la respuesta me hunde en la miseria.
A su vez, las dimensiones culturales (Geert Hofstede) nos indican si un país tiene mayor o menor distancia de poder, si son más colectivistas o individualistas, etc. Aunque a veces pueda parecer mucho, Hofstede considera que las culturas son el «software of the mind» ya que estamos programados de determinada manera, pero lo bueno es que podemos integrar más softwares.

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Software of the mind

Conociendo lo que está debajo del iceberg, podemos evitar muchas situaciones de conflicto (no tienen por que ser problemas, también pueden ser pequeños malentendidos). Algo típico en este aspecto es por ejemplo el saludo o la distancia mantenida al hablar: posiblemente nos resulte familiar la escena de nosotros yendo a darle un beso a alguien y esta persona viniendo a darnos la mano o el sentimiento de incomodidad cuando nos invaden nuestro espacio personal (que varía de persona a persona y de cultura a cultura). No estoy diciendo que haya que aceptar, tolerar y adoptarlo todo, pero es necesario conocerlos y saber que están ahí. Tampoco estoy diciendo que todos los individuos de tal país sean iguales. Hay algunos (muchos) que están programados de una única manera y luego hay otros que ya sea porque han viajado, conocido otras culturas o cualquier otro motivo tienen otros softwares incluidos y estos les hacen ser diferentes al resto o no comportarse como el ciudadano medio

Conociendo lo que está debajo del iceberg, cada vez que vivamos una situación «rara» podemos preguntarnos a qué se debe y reflexionar sobre ello. Viviendo con una familia de otra cultura es importante hablar y explicar por qué se hacen las cosas de determinada manera. Es bastante frecuente que las familias que acogen a latinos crean que tienen problemas de higiene si no ven que lavan su ropa interior con el resto de la ropa, mientras que para muchos latinos es normal lavar la ropa interior a parte, incluso a mano porque nadie tiene por qué ver la ropa íntima de uno (yo ahora que hago mi propia colada sin ropa de otras personas la meto en la lavadora, pero en casa con mis padres la lavo a mano). Para muchos en Europa es raro ver que la gente tire el papel higiénico después de haberlo utilizado en la papelera en lugar de por el váter, mientras que en otros tantos países lo normal es no tirarlo por el váter si no quieres que el váter se atasque. Hablando de este tipo de cosas a tiempo uno no sólo se evita que los malentendidos vayan creciendo más y más y que la gente tenga una impresión errónea de ti y de la cultura a la que representas, sino que las otras personas irán aprendiendo cosas pragmáticas de tu cultura, cosas que no se ven a simple vista, pero que son bastante importantes.

Por todo esto, mi mayor consejo al viajar a otro país es «think global, act local» o el «haya donde fueres, haz lo que vieres» hasta los límites que te quieras poner. Si en Celandia es costumbre lapidar a adulteras y tú no estás obligada a hacerlo y no te sientes cómoda, no lo hagas. Si en Delandia hacen demasiadas cosas que tú personalmente no harías y a muchas de estás cosas estás obligada a hacerlas por ley, igual es mejor que no vayas.